4/2/10

¿Qué hay dentro de un libro? LX

Desconocer que el practicar unas cosas u otras es lo que produce los hábitos es, pues, propio de un perfecto insensato. Además es absurdo que el injusto no quiera ser injusto, o que el que vive licenciosamente, licencioso. Si alguien comete a sabiendas acciones a consecuencia de las cuales se volverá injusto, será injusto voluntariamente; pero no por quererlo dejará de ser injusto y se volverá justo; como tampoco el enfermo sano. Si se diera ese caso, es que estaría enfermo voluntariamente, por vivir sin templanza y desobedecer a los médicos; entonces si le sería posible no estar enfermo; una vez que se ha abandonado, ya no, como tampoco el que ha arrojado una piedra puede ya recobrarla, sin embargo, estaba en su mano lanzarla, porque el principio estaba en él. Así también el injusto y el licencioso podían en un principio no llegar a serlo, y por eso lo son voluntariamente, pero una vez que han llegado a serlo, ya no está en su mano no serlo.
Aristóteles. Ética a Nicómaco. (Libro III, Cap. 5)

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