24/1/10

La glándula pineal

Descartes tiene en su haber una de los más extravagantes teorías filosóficas que ha dado Occidente, la ubicación y función del alma en la glándula pineal, para el filósofo francés ese era el lugar exacto donde residía nuestra alma.
Puede sonar muy extravagante, aunque no deja de tener cierta justificación, ya hablamos hace un tiempo de que Descartes, inmerso en lo que pronto se convertiría en la revolución de la física y la ciencia, había establecido junto al resto de sus contemporáneos la realidad física como matematizable y carente de libertad, los animales, por ejemplo, no eran más que conjuntos de poleas y palancas.
El problema de ver el mundo así era que el ser humano también era un animal, y hacía falta salvaguardar su libre albedrio como fuese posible, por eso separó la realidad pensante del ser humano con la realidad física, por eso estableció la doble realidad del ser humano, entre lo físico y lo mental, pero se planteaban aún más preguntas ¿Cómo entraban en relación dos planos tan dispares para dar lugar al ser humano completo?
"El alma tiene su asiento principal en la pequeña glándula que hay en mitad del cerebro, desde donde irradia hacia todo el resto del cuerpo por intermedio de los espíritus animales, de los nervios e incluso de la sangre...Y toda la acción del alma consiste en que, por el solo hecho de que quiera algo, hace que la pequeña glándula a la que está estrechamente unida se mueva de la manera que se requiere para producir el efecto que se refiere a esta voluntad"(*)
Esta extravagancia teórica no es mero capricho cartesiano, sino que se encuentra a la base de dos inquebrantables convicciones del filósofo francés, comprometerse con sus propios razonamientos (Descartes podría sencillamente haber ignorado este problema causado por su propia teoría de como es el ser humano) y por otra, como ya señalamos, salvaguardar la libertad humana en un mundo mecanicista.
(*) El fragmento pueden ustedes encontrarlo en "Las pasiones del alma"

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