6/6/07

El derecho a la pereza

Paul Lafargue es un conocido autor y pensador político del siglo XIX, yerno de Marx(se casó con la pequeña de la casa, laurita) realizó su labor política sobre todo en España y Francia(Los anarquistas le repudian, los comunistas/socialistas le adoran).

El caso es que uno de sus ensayos más famosos es "El derecho a la pereza" en la que enfocaba su crítica al capital sobre todo por el excesivo e innecesario trabajo al que obliga al ser humano este sistema económico.

En la obra defiende que el anticapitalismo es precisamente eso, el derecho a la pereza, la palabra pereza ha sufrido toda una labor de desprestigio por parte del capitalismo, que nos ha inculcado a sangre y fuego que el trabajo dignifica. (claro que dignifica, pero no solo el físico, también el artístico o intelectual, y con respecto al físico, este pierde toda su dignidad al prolongarse las excesivas horas que nos obligan a trabajar)


Lafargue se pregunta como es posible que existan aborígenes o pueblos primitivos que trabajen un par de horas al día y el resto de la jornada la dediquen a vaguear y cantar y dormir y pensar y vivir y nosotros, de una sociedad infinitamente más avanzada tecnológicamente tengamos que trabajar ocho horas diarias.


Aristóteles decía que el día que las máquinas de hilar no necesiten a alguien que las controle el ser humano podrá vivir y dedicarse a pensar, él filósofo nos auguraba una era de descanso y tiempo libre que nos dejaría libres para soñar y pensar, cultivarnos como seres humanos.


Bien, más o menos hemos conseguido realizar el milagro aristotélico, esto es, conseguir que las maquinas se automatizen, pero resulta, que en vez de liberar nuestro tiempo hemos triplicado nuestra jornada laboral. ¿Cómo es posible? Exigencias del capital, a mí no me pregunten.




El fin de la revolución no es un triunfo de la justicia, de la moral, de la libertad y demás embustes con que se engaña a la humanidad desde hace siglos, sino trabajar lo menos posible y disfrutar, intelectual y físicamente, lo más posible. Al día siguiente de la revolución habrá que pensar en divertirse


Paul Lafargue. "El derecho a la pereza"
Paul Lafargue con ganas de fiesta

7 comentarios:

umla2001 dijo...

Vaya... Tanto tiempo reivindicándolo y resulta que podía haberme apoyado en el testimonio de este señor para que me hicieran un poco más de caso.

A mi me gusta trabajar y creo que si no lo hiciera, enfermaría de puro hastío; lo que no me gusta es trabajar nueve horas al día cuando mi contrato dice que lo hago sólo siete; o trabajar en días festivos, como estoy haciendo hoy -Corpus, en Sevilla- desde mi casa.

Por lo demás, me solidarizo con vosotros y vuestra falta de tiempo por los exámenes. Yo estoy igual, de hecho ya casi ni comento ni posteo.

Saludos y ánimo.

Anónimo dijo...

Efectivamente, la utopía tecnológica es posible. Pero si Baudeleire, ese gran visionario de la vida moderna, nos auguraba el aburrimiento dominical (spleen) como uno de los "males" de la modernidad, pues imagínate si sólo trabajaramos 10 horas semanales...

Igual a la gente le daba hasta por pensar, adquirir conciencia de la futilidad, darse cuenta que esa vida de la tribus primitivas no es ya recuperable (bye, bye paridise lost...) e incrementar de forma masiva el índice de suicidios...

Quita, quita... ¡A trabajar!
;)

Jose C dijo...

Saludos Umla, todo lo que dices sobre tu caso es más o menos lo que denunciaba Paul(con las lógicas diferencias derivadas de haberlo escrito en el siglo 19, pero creo que las bases siguen más o menos ahí)
Bueno, desde aquí te apoyamos y te damos ánimos a seguir, si podemos hacer aglo más dínoslo.

Hola filósofo, obviamente ya no podremos volver a ser el buen salvaje roussoniano, pero de lo que se trata es de liberarnos de ciertas cadenas del trabajo excesivo, solo eso.Es posible que nos dediquemos al suicidio masivo, cierto, pero que cada cual haga con su tiempo libre lo que quiera :D

Anónimo dijo...

Sí, ya tenían razón los de Futurama, en el año 3000 las cabinas de suicidio eran todo un éxito.

Por cierto mi reivindicación del trabajo iba con un tono irónico. Yo soy entusiasta del spleen XD.

Jose C dijo...

OK ;)

Anónimo dijo...

Más máquinas mejor hechas, mayor tiempo libre, más tiempo para dedicarse a una actividad física beneficiosa y una actividad psíquica no fatigante, más tiempo para vivir con los demás y con uno mismo, más salud y bienestar, una vida más larga y sana además de satisfactoria...
Ésas deberían ser las sucesivas consecuencias de un undo tecnificado al máximo posible.
Firma: Rafacordobe_.

Jose C dijo...

¡Por fin! eso era lo que pretendía exponer como fin último de la teoría de Lafargue, muchas gracias Rafacordobe_.
Saludos.